jueves, 8 de mayo de 2008

Gonzalo Valdivia: 'La vida es larga y nadie puede matar para siempre a Héroes del Silencio'

Entrevista publicada el día 08/05/2008 en El Día


JORGE DÁVILA. Santa Cruz de Tenerife.- "No me asustan las críticas de los puristas por el tributo que hacemos a Pink Floyd". Así de claro lo tiene el guitarrista segoviano Gonzalo Valdivia, miembro de Héroes del Silencio en el tour 2007 e impulsor del espectáculo "The Wall Performance" -basado en la obra de Roger Waters y Alan Parker-, que el próximo sábado se escenifica en el Pabellón de Deportes de Santa Cruz de Tenerife.

Pregunta. ¿Por qué Pink Floyd?

Respuesta. Hace tres años pusimos en marcha un proyecto que se montó con la idea de aprender a tocar la guitarra. Nos reuníamos en un local y tirábamos de los temas de Pink Floyd, cuyas letras proyectábamos en una pared, porque era la forma más sencilla de quedarnos con los subtítulos. A raíz de aquellas clases, a las que sumamos varias innovaciones audiovisuales, vio la luz un espectáculo que aún sigue creciendo. "The Wall" nos abrió los ojos a un mundo al que hemos añadido nuestra visión. No somos una orquesta que interpreta los temas de Pink Floyd de la A a la Z; somos músicos que se sienten atraídos por un ideal artístico.

P. Irremediablemente, un espectáculo con este perfil está sujeto a múltiples comparaciones. ¿Le impone emular a esta banda?

R. No me preocupa que digan que no sonamos como Pink Floyd. Nos encanta hacer esto porque es algo que lleva nuestro sello y a lo que le hemos dedicado mucho cariño. ¿Vértigo? A mí no me eligieron en un "cásting" para hacer un tributo, sino que hemos sido unos amigos y yo los que hemos puesto en marcha un espectáculo difícil de catalogar, que mezcla aspectos audiovisuales, escenográficos y, sobre todo, rock and roll. El formato que va a Tenerife tiene dos guitarras, un par de coristas, un bajo, un batería y un teclado.

P. En medio de "The Wall", en el año 2007, fue "reclutado" por Héroes del Silencio para colaborar en un tour excepcional que rompió 11 años de silencios.

R. Aquella experiencia fue maravillosa, como todas las que se organizan con ilusión y sin miedos. En los tiempos que corren es muy difícil mantener con vida un proyecto musical.

P. ¿Pero habrá más?

R. Me lo preguntan siempre, pero hoy Héroes del Silencio no existe. Es historia. Enrique Bumbury está trabajando en el disco que sacará en septiembre, Pedro Andreu tiene su banda, Joaquín Cardial también anda metido en un estudio de grabación... Lo importante es que la ruptura se hizo desde la amistad y, por lo tanto, no hay que cerrar ninguna puerta a una posible reunificación. Está claro que hoy no tenemos nada en común a corto plazo, pero la vida es larga y nadie puede matar para siempre a Héroes del Silencio. ¿Por qué no puede existir un nuevo disco en los próximos dos o tres años? Otros han estado alejados más tiempo de los escenarios y acabaron volviendo.

P. Antes "deslizó" en una de sus respuestas que no son días fáciles para los músicos.

R. No creo ni en las crisis artísticas ni en las crisis que asocian con internet. Es evidente que la red ha cambiado el panorama musical en todo el mundo y ahora lo tenemos menos fácil, pero internet no es el responsable de la ausencia de creatividad y la pérdida de valores que han sufrido muchos músicos de aquí (España) y de fuera.

P. ¿Entonces, la era digital no es tan mala como se quiere vender?

R. Mi visión, con riesgo de equivocarme, se mueve en esa dirección. El mundo de la música se ha enriquecido con internet. Ahora cualquiera puede exhibir sus composiciones en un gigantesco escaparate virtual donde no hay fronteras. Me encanta ver mi música pirateada en una calle mexicana; creo que internet nos ha enriquecido. Esto es como un pez que se muerde la cola. Todos nos quejamos pero luego, por detrás, sabemos que la red nos acerca a sitios donde es muy complicado vender un simple cd.

P. ¿La música está en crisis?

R. La música no, los músicos que no se comprometen con su obra y ceden frente a la presión de las productoras sí. Algunos no tienen problemas para subirse al carro de los que mercadean con cualquier cosa.

P. Algo similar a aquí vale todo, ¿no?

R. Para mí no. Yo no escucho algo que no quiero oír, ni grabo nada que no quiera que sea escuchado. Soy de los que se alegran por la existencia de una diversificación musical, pero no a cualquier precio. Este es un universo en el que conviene tener los pies en el suelo porque, cuando menos te lo esperas, un día llega el batacazo final. Es muy fácil que el éxito se te suba a la cabeza y difícil no perder la perspectiva de dónde has venido y hasta dónde quieres llegar.

P. ¿Trabaja en otras cosas además de "The Wall"?

R. Llevo dos semanas sin entrar en el estudio. La performance ha cambiado mi rutina, pero trabajo en el montaje de un nuevo disco. Siempre hay que estar moviendo cosas con cierto criterio. No se trata de escribir por escribir, sino de estar cómodo con tu obra y ser capaz de transmitir esas ideas con claridad. Cuando estoy mal pongo distancia con mi guitarra porque sé que no haré nada bueno. Estas pausas no son malas cuando la cabeza te dice no.

Etiquetas: