sábado, 16 de febrero de 2008

Recibiendo a los amigos

Crónica publicada el día 16/02/2008 en Diario Vasco


· Mikel Erentxun ensayó durante el día de ayer con los artistas invitados que le acompañaron por la noche en el concierto: Enrique Bunbury, Amaia Montero, Iván Ferreiro y Leiva, de Pereza

RICARDO ALDARONDO. San Sebastián.- En el centro del escenario con su guitarra y ante el micrófono, Mikel Erentxun recibía a lo largo del día de ayer a los amigos y colaboradores que le acompañan en los dos últimos conciertos de la despedida que está celebrando. Fue un día intenso. La noche anterior, Erentxun había ofrecido el primero de los tres conciertos que constituye el cierre de una etapa de su carrera. Pero a las diez y media de la mañana de ayer ya estaba de nuevo, junto a su banda, en el escenario del Victoria Eugenia.

Por la mañana llegaron en el mismo avión Leiva, del grupo Pereza, e Iván Ferreiro. Ambos acudían a la llamada del amigo donostiarra y se las prometían felices: «Con Mikel tengo afinidades musicales, de amigos, de vivencias...Venir a cantar con él, estar en este teatro rodeado de amigos y comer en San Sebastián, era realmente tentador», decía Iván Ferreiro. Pero primero les hicieron currar, y bien.

Nada más llegar, Iván Ferreiro subía al escenario para ensayar De espaldas a mí, una de las canciones más personales de Mikel Erentxun, que interpretan entre los dos. El donostiarra y el gallego se turnaban en las estrofas, e Iván, tras buscar ayuda con la letra en el papel que tenía en el suelo, ponía especial pasión en el sha ra ra del estribillo.

Iván cuenta que «Mikel era un referente cuando empecé a escuchar música, ahí estaban Duncan Dhu. Luego conocí a Mikel y a Diego, que pasaron a ser como unos hermanos mayores que uno tiene y que te van cuidando», destacaba Iván. En cuanto a la decisión de Erentxun de romper con su pasado, Iván afirma que «me parece bien porque es lo que ha decidido hacer. Lo malo es no tomar decisiones, no moverse, porque al que no se arriesga no le pasa nada».

En el escenario estaba también, incansable, la banda que acompaña a Erentxun, con Joserra Senperena como invitado especial, que disponía para la ocasión de un piano de cola y un órgano Hammond. Hacía frío en el teatro vacío y todos los músicos se protegían con gordos jerseys y bufandas. Mikel, además, llevaba sombrero.
Iván dejaba el micrófono, pero no podía relajarse: tenía que ir al nuevo cuarto chino del teatro, donde estaba dispuesto el set para realizar las entrevistas a los músicos invitados, y al propio Mikel, que se incluirán en la película.

Pereza sin pereza

«Miguel, ¿me traes la Gretsch plateada, por favor?». Mikel cambiaba de guitarra para ensayar otra canción con una sonoridad más rockera. Como los otros artistas invitados, Leiva, del dúo Pereza, no se limitaba a hacer coros: cantaba la mayor parte de A un minuto de ti, tocaba la eléctrica, y protagonizaba el punteo en el centro de la canción. «Por edad no me pilló la época de Duncan Dhu, aunque mi hermano mayor no paraba de poner sus discos. Pero Mikel es un tío con una gran trayectoria y por el que tengo mucho respeto», afirmaba Leiva.

Luego llegó el momento de preparar lo que será el final del concierto, en el que se unirán todos los artistas invitados. Mikel, Iván y Leiva repartían las frases que le tocaban a cada uno, mientras Senperena amenizaba el momento al piano con unos acordes de Bridge Over Troubled Water y de Lady Madonna. Frases de Marcos y Nerea como «el tiempo es un huracán» o «No hay mucho más que decir / para terminar /Ayúdame a dormir / y yo te ayudaré a soñar», adquieren un sentido especial en esta despedida de Mikel Erentxun: «Sí, será emocionante y cuando la toquemos por última vez. Es una canción que tiene un tono de despedida, que habla de San Sebastián, del problema vasco y por la paz, tiene muchas connotaciones especiales para mí».

Eran ya pasadas las dos del mediodía, cuando Mikel dejó por fin el escenario, el tiempo justo para comer y continuar por la tarde. A primera hora, era el turno de ensayar para Amaia Montero, aunque el Lau teilatu de Itoiz que interpreta junto a Mikel ya está muy rodado. Era cuestión, más que nada, de tomar posiciones para el concierto.

La sorpresa la dio Enrique Bunbury que llegó a media tarde y, antes de empezar a ensayar le dio a Mikel Erentxun algo que éste no esperaba. Al parecer, Erentxun no pudo recoger en su día el disco de oro de Ciudades de paso. Lo recogió Bunbury en su lugar, que lo ha tenido en su casa durante estos cuatro años. Y ayer, por fin, se lo entregó a su dueño.

Sin director

También se realizaban ayer por la mañana los preparativos para la filmación de la película. Cinco cámaras, tres en el escenario y dos móviles por el teatro, registrarán todo lo que ocurra durante los conciertos de ayer y hoy, para la película que resumirá este cierre de una etapa y que lleva a cabo Iker Monfort Producciones. Aunque en principio se iba a filmar en 35 mm, finalmente se hará en vídeo de alta definición, «por razones de movilidad y para lograr la máxima calidad», explicaba la productora delegada, Guadalupe Balaguer. «Se van a utilizar posiciones de cámara diferentes en los dos conciertos, para tener la mayor variedad de tomas». El rodaje sigue adelante con normalidad, a pesar de un problema importante: algunos desacuerdos entre la productora y el director, han provocado que la continuidad de José Mari Goenaga en el proyecto esté en el aire. La filmación se va a realizar de acuerdo a sus preparativos, pero está por decidir si continuará con la postproducción de la película, o se cambiará a otro director.

Un rincón especial de este proyecto lo protagoniza Diego Vasallo. No subirá al escenario en los conciertos, «porque nos apetecía que tuviera un tratamiento un poco distinto, como Emmylou Harris en El último vals». Así que grabará una canción junto a Mikel en el Victoria Eugenia pero sin público y a puerta cerrada, sólo para la película. Y no será una canción de Duncan Dhu.

Etiquetas: